Picasso y el proceso creativo


Vamos allá, y vamos a hacer caso a Jordi y a abrir más fuegos, a ver si lo conseguimos entre todos. En  proceso de lectura de “Conversaciones con Picasso” de Brassï, lectura de verano, que estoy disfrutando un montón y fundamental para la asignatura de vanguardias que imparto al año que viene. Dice Picasso sobre su proceso creativo: “No sé nada…las ideas son simples puntos de partida. Es raro que las pueda expresar tal y como me vienen a la mente. En cuanto me pongo a trabajar me surgen otras en la punta de la pluma. Para saber lo que se quiere dibujar, hay que empezar a hacerlo. Si surge un hombre, hago un hombre. Si surge una mujer, hago una mujer… Dice un refrán español: “Si tiene barba es un hombre; si no tiene barba es una mujer”. O, en otra versión: “Si con barba, San Antón; si no, la Purísima Concepción”. Es un refrán formidable, ¿verdad? Cuando estoy delante de una hoja en blanco me ronda a la cabeza todo el tiempo…Lo que surge, independientemente de mi voluntad, me interesa más que mis ideas” . Año 1943, Picasso tenía 62 años cuando escribió esto, es evidente que sí sabía, que no partía de la nada, pero Picasso era honesto en su reflexión, pues estaba dentro del discurso de las Vanguardias. Centrado en el propio hacer, en el propio placer de lo procesual (Javier Díez, artista plástico y mi director de tesis, ha hablado mucho sobre lo procesual en las Vanguardias). El propio placer de hacer y de experimentar el hecho creativo, centrado también en la materia. Unas líneas más adelante dice Brassaï de Picasso: “La seducción de la materia ha tenido siempre una importancia primordial en su creación”. Creo que todos los que nos hayamos enfrentado en algún momento a la creación artística hemos experimentado la “seducción de la materia”.
Pero esta cuestión, que centra el acto creativo en el propio hacer, está en la misma dirección del “no busco, encuentro”. Básicamente, Picasso, con esa reflexión sobre su proceso creativo, estaba expresando un cambio de rumbo en los procesos creativos. En el Renacimiento, se partía del objeto para el estudio de la realidad, era el objeto el punto de partida (de ahí la perspectiva lineal); en las Vanguardias, era el sujeto el punto de partida, es decir, que el tamiz por el que pasaba el estudio de la realidad era el propio sujeto, era la mirada subjetiva, la propia experiencia del artista con el hecho creativo fue lo que marcó el giro, de ahí que la realidad se dejara a un lado, y fuera el mundo del artista, su propia subjetividad lo que se puso en valor, de ahí los múltiples “ismos” y corrientes artísticas.
Picasso fue el protagonista de ese giro. Picasso es para mí, el gran intelectual del siglo XX, el gran creador, porque su método, sus modos y modelos de crear trascendían el propio hecho pictórico, proponía y plateaba nuevos modelos de conocimiento, se inauguraba una nueva episteme. Picasso era más que un artista, era un creador, aunque puedan parecer iguales los conceptos no lo son exactamente, porque pueden concurrir o no.
Entiendo yo la creación como una vía de conocimiento, una experiencia de vida, como ya dije en las primeras palabras que escribí en el blogg: Es como un líquido que toma la forma del recipiente en que se vierte. Hay poesía de pintura, de literatura, de música, de escultura, de arquitectura… Habrá incluso una actitud poética que no se materialice en nada sino en un procurar estarse ante las cosas con una posición de aprendizaje, de pregunta, de perplejidad… En los doce años que estuve pintando sin parar, probé con todo lo que se me cruzaba, óleo, témpera, acuarela, pastel, acrílico, encáustica, fresco, era una búsqueda que no podía parar y de ahí, me fui a la escritura y a la investigación. Pienso ahora, como dicen las anteriores palabras, que eso de la creación lo vivo yo como ese líquido que se llama curiosidad y perplejidad y que, realmente, me da igual la forma que tome, si de pintura, de escritura o de querer… En definitiva, es una posición ante la vida, es un posicionarse ante la experiencia de la vida que a cada uno se nos regala y que cada uno decimos con que intención queremos vivirla. Y en esa dirección creo, que la intencionalidad del artista es lo que determina el porqué de su proceso creativo, en ese proceso de autoconocimiento, de autoexplicarse y de mostrarse al mundo y darse a los demás o qué dejamos de nuestro paso por aquí.
Picasso, trabajador incansable, no se ahorró ni un solo camino en la formación y desarrollo de su propio talento creativo, pasó por todas las etapas y todas las fases, pasó por todas las etapas posibles, de una a otra con total naturalidad y con una valentía infinita. Y así pudo abandonarse, abandonarse a la nada porque partía del todo. Es un verdadero placer abandonarse al gozo del hecho creativo, pero el hecho de hacer en sí, de centrarse en el hacer puede quedarse en eso, en la nada del hacer (en el “refreir” apoyado en el discurso que apoya a la “nada”, el pastiche, como fundamentalmente pasó en la posmodernidad, y de lo que intentaré hablaré más adelante); o en la inmensidad de la conquista de la horizontalidad, y el alivio del ingreso en la humanidad, siguiendo las palabras de Jordi Díez.

2 comentarios:

  1. Me parecen claves y enfocadas tus palabras... y aunque no me haya manifestado aún... he seguido tus textos y lo que has expuesto hasta ahora. Creo y sobretodo vivo lo que dices respecto a la creación... ya hace tiempo que cuando me preguntan que hago... mis palabras no dicen pintar sinó crear... me considero un creador por lo que dices y por lo que cuentas.. hace tiempo que asumí esos textos y es lo que hago cada dia... también comparto tu visión generalizada sobre la historia del arte. Mi vida consiste en eso... en el método... citado anteriormente por J.Arturo... y lo que para mi representa el ser... como la misma palabra en origen nos define meta(Más allá...) y odos (camino...) establecer eso como concepto de vida vinculado plenamente a la creación... ya hablaré mas adelante de esto, ya que en los ultimos tiempos es realmente en lo que estoy metido... como la misma poesis citada por ti... importantísima visión... para realmente ser asumida conceptualmente y para vivirla. no hay otra forma de crear.... al menos para mi.. cómo dices bien no es lo mismo artista y creador... pero para mi... actualmente, con todos esos vestigios de pasado, asumiendo las èpocas, la modernidad... los ismos... la posmodernidad y la era contemporanea incluso... el arte ya ahora y en un futuro... solo puede ser eso: creación... ir hacia lo desconocido para encontrar lo nuevo... que en el fondo es proyección de ese método... riguroso y total con la vida de uno mismo... sin travas.. sin treguas, ni horarios... no unido, sinó formando parte para avanzar.
    la vida de un artista, ya no será una de esas vidas que hemos conocido hasta ahora... será una vida nueva.. más tajante y enfocada... que por contexto y tiempo se desprenderá de toda producción sistemática y consumible con vestigios pasados... de actos de trabajo que solo repiten y generan retrosentimientos vinculados a visiones clave pero de otro contexto. La creación es el camino... y crear lo hacen pocos... llamados artistas

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  2. Raquel: muy interesante todo esto que escribes y que me sugieren varios asuntos. El paso del objeto al sujeto se produce en la filosofía justo con la aprición de Descartes y el empirismo (Hume, Locke, Berkeley).El objeto de la filosofía deja de ser el mundo creado-Dios y pasa a ser el sujeto, concretamente la ideas del sujeto, más concretamente, la génesis de las ideas del sujeto y de ahí las diferencias entre racionalismo y empirismo, que nos lo presentaron como algo contapuesto, pero que tematizan lo mismo: las ideas; con la diferencia que en el empirismo se dice que las ideas surgen de la experiencia (de los sentidos). Claro, luego tienen problemas para justificar la idea del "yo" y la idea de "Dios", vigente en aquellos tiempos. No me enrollo más con la filosófía, pero es importante el valor del sujeto, de la subjetividad, tan denostada por la ciencia. Dicen, sobre todo en los medios de comunicación, de que "hay que ser objetivos". No podemos (no somos objetos), somos sujetos y y no objetvos. Eso no significa que no haya espacios para la objetvidad. Pero tenemos, nuestra labor, tiene que reivindicar la acción del sujeto y el proceso, como bien escribes. Esto lo relaciono con una próxima publicación sobre la reflexividad, toda vez que hay una pintora, (ahora no recuerdo el nombre) que ha publicado sobre el reflejo.

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