LA PARTE INGOBERNABLE

 Sigue sin estar muy claro qué hay de cierto en la consabida y bienpensante cantinela de que estamos más dirigidos de lo que nos es dado conocer.

Mitad perplejos mitad atemorizados asistimos al despliegue de los grandes hechos mundiales. Se nos dice que somos más responsables de lo que queremos reconocer de la injusticia mundial, de los atropellos a las naciones más débiles, o al vecino más débil. Así, por la cuenta que nos trae, y merced a un sutil manejo de nuestra conciencia íntima, llevamos nuestro día a día con un grito que no sale, con una contradicción entre la sensación de protagonismo en lo deplorable de la situación general y nuestra repulsa hacia la misma.

Pero yo digo que no es así.

Lo único que nos separa de cambiarlo todo es la falta de oportunidad. Viene bien saberlo. Eso a lo que no damos valor, y que sin embargo es lo que más valor tiene, la conciencia, es el arma más poderosa e invencible que se está empezando a dar en la historia. Un arma que de forma inconfesable hace palidecer de pánico a los protagonistas de la prensa.

Y es que la historia de la humanidad, a pesar de lo que interesa a esos, no es la historia de los acontecimientos-noticia.

La historia de la humanidad es lo que reemprendemos al levantarnos cada mañana la inmensamente aplastante porción de la humanidad a la que pertenecemos. Es la historia que camina en paralelo a esa microhistoria de los libros, ganando día a día en protagonismo.

Es evidente que poco a poco el asiento de los poderosos se convierte en un polvorín.

No habrá revolución sangrienta. Nuestra revolución es el desinterés activo. El trabajar duro por crecer en silencio rodeados de un ruido ficticio.

Poco a poco nos hacemos ingobernables.

                                                                                                                                                                                                                                                                                Jordi Díez, escultor diletante.
                                                                                                                       Centelles, 12/9/2013





1 comentario:

Vamos ! Comenta este texto ...